Al principio su corazón atravesado por el dolor reclamaba venganza. La infidelidad, como la ingratitud, provoca que un ser humano pierda su pasado. Pero ahora tenía la sensación de que el otro lo había suplantado, que se había escondido profundamente en su interior, que robándosela lo había suplantado y vivía ya en su lugar.
¿Y qué es un individuo sino un usurpador? Pero no quiso vivir con ese sentimiento a cuestas, porque ser otro, convertirse en otro, olvidar nuestra propia historia, ¿no es acaso volverse loco?